Desde que se inventó la imprenta hasta que la mayoría de las personas
tenían acceso real a los libros pasaron más de cuatro siglos en los que éstos estaban al alcance sólo de
unos pocos. Bien por no saber leer o por vivir en una economía de
supervivencia en la que la compra de un ejemplar era un lujo al que pocos veían
sentido, lo cierto es que no es hasta el
siglo pasado que podemos ver libros ordinariamente en las casas.
Lo
que revolucionó de la imprenta era que permitía reducir enormemente los costes
de edición de un libro, que de ser manuscrito lenta y pacientemente por un
copista, pasaba a ser producido de manera mecánica. Posteriormente el invento
de la imprenta se benefició de la creación de las máquinas de vapor, naciendo así
la Stanhope con la que se quintuplicó
la velocidad de impresión. Era más
barato y se producía en masa y ello posibilitó que el coste fuera asequible para el consumidor final. La alfabetización de la población
hizo lo demás.
Con
la invención de los e-books los
costes de producción y distribución son nulos. Cuesta lo mismo hacer un solo libro que doscientos mil, dos millones o
infinitos: el esfuerzo de escribirlo.
Desde
que se inventó Internet han sido muchos los debates han tratado sobre la
extinción del papel. Los detractores se aferran al tacto de un libro que las
nuevas generaciones no van a tocar o a tradicionales domingos de prensa en el
sofá que no van a ver. Los que lo apoyan hablan de espacio en las casas, de
árboles que no se cortan, de menos lesiones de muñeca por cargar con libros de
mil páginas y de la comodidad de pasar las páginas con la misma mano con la que
se coge el aparato. La realidad más
aplastante es que es más barato lo electrónico y como prueba de su triunfo lo
rápido que se está implantando: se comenzó a desarrollar en 1971, en 1981 nace
el primer libro digital y en 1993 nace el primer dispositivo expresamente
diseñado para leer libros digitales. Comparado con lo que ha tardado la
escritura y la imprenta en implantarse, es un suspiro. Cuarenta años desde que surgió la idea hasta que lo encontramos en
todas las tiendas de electrónica o librerías.
Esto
no tiene que generar ningún miedo en las industrias editoriales: sólo tienen
que adaptarse a tiempo. Los beneficios
serán menores quizá, pero el ahorro es brutal. Habrá negocio para los que no tengan miedo a sumarse. Los que se
queden atrás quebrarán antes de darse cuenta de que la transformación es
inevitable. En EEUU, Amanda Hocking comenzó a autoeditar sus propias novelas en
Amazon tras haber sido rechazada por varios editores. En un año ha publicado
nueve e-books y ha recaudado más de
dos millones de dólares. Sus obras se venden por menos de un euro en formato
‘Kindle Edition’. En España, un buen ejemplo ha sido Esteban Navarro que ha
conseguido situarse entre los cinco libros más vendidos de Amazon con su novela
‘La casa de enfrente’ que se vende
por menos de un euro.
El
20% de lo que la Agencia ISBN ha registrado en los primeros dos meses del año
han sido libros electrónicos. Y eso que la mayoría de las editoriales aún no se
han decidido a ajustar sus precios. Nada
que se venda por más de 5 euros tiene otro futuro que ser carnaza para piratas.
Fecha: 20 de
marzo de 2012
Autor: Antonio
Caro
Voicemail: 918 293 215 – Extensión 12
Correo Electrónico:
acaro@902112505.com
Autora: M. J.
Córcoles
Voicemail: 918 293 215 – Extensión 25
Correo Electrónico: acrseo@punto-internet.net
SyT, empresa de Soluciones
Innovadoras Técnicas, como indican sus propias siglas, desarrolla numerosos
productos relacionados con las comunicaciones unificadas y el posicionamiento
web y siempre está centrado en el mundo digital. Para mayor información y modos
de contacto, no olvide visitar nuestra página web: http://www.902112505.com
y http://www.adslpunto.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario